domingo, 6 de septiembre de 2015

Según comes, así de guapo eres!!

No os habéis fijado nunca en esos niños con bocas abiertas mientras respiran y en los que los dientes no contactan quedando un agujero?? A mi no me llamaron especialmente la atención hasta que no empecé a trabajar con ellos. En alguna ocasión pude pensar que iban a necesitar un buen dentista, pero no mas.
 

Y por qué sucede? Pues hay múltiples factores, pero uno importante es el uso prolongado del biberón y chupete.

Y cuando se considera uso prolongado?? Según la Sociedad Española de Pediatría, no deben de prolongarse el uso más allá de los 18-24 meses. 


Cuando un niño se introduce la tetina de un chupete en la boca y lleva a cabo lo que los expertos denomina succión no nutritiva (el propósito de este acto no es ingerir alimento alguno), los dientes centrales inferiores se desvían paulatinamente hacia dentro, mientras que los que se encuentran en el mismo plano, pero en el maxilar superior, tienden a separarse y a sobresalir hacia fuera (dientes de conejo). 


Con el tiempo, los caninos (colmillos) chocan entre sí y ambas filas de dientes no se cierran correctamente provocando la llamada mordida abierta. Además, la acción de succionar pone en funcionamiento una serie de músculos de la cara que, junto con la posición de la lengua, hacen que, finalmente las líneas superiores e inferiores pierdan su paralelismo provocando otro tipo de mordida llamada cruzada. A su vez, el desarrollo del maxilar depende de la masticación y del patrón de deglucion, por lo que se altera su crecimiento y se desarrolla de forma anómala.
 
Se estima que, para que las malformaciones sean apreciables, es necesario ejercer una presión más o menos constante durante seis horas diarias, aproximadamente. El factor tiempo, junto al de la energía que el pequeño aplique en la succión marcarán la diferencia en este aspecto.


Cuando se mantienen hábitos como el chupete, o el uso del biberón, más allá de los dos años se mantiene un patrón de deglucion tipo succión en el niño. Por ello, hay una presión continua de la lengua, cada vez que traga saliva, sobre los dientes deformando su posición y desarrollo. 

Es frecuente encontrar mamas y papas que mantienen el uso del biberón para el desayuno "porque si no, el niño no se toma la leche" o el uso del chupe para dormir hasta muy avanzada edad. El consejo del profesional es básico en este área para prevenir las consecuencias.



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