Así explicado parece un trastorno inofensivo. Pero podemos encontrar graves consecuencias, como problemas en el desarrollo de los huesos de la cara incluida la forma de la boca, problemas de articulación del lenguaje, problemas masticación y deglucion de alimentos...
Habitualmente son niños que acuden al dentista porque los dientes están mal colocados y son estos profesionales los que indican su evaluación por un especialista. En muchos casos, se necesita un abordaje multidisciplinario donde la intervención logopedica y odontologica deben ir unidas.
Las causas son múltiples, pero especialmente intervienen los hábitos orales inadecuados, como el uso prolongado del chupete, biberón, la succión del pulgar (chuparse el dedo), y los respiradores orales (niños que respiran por la boca en vez de por la nariz) entre otras.
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