martes, 28 de julio de 2015

Dime lo que comes y te diré lo que hablas

"Dime que comes y te diré lo que hablas", es una afirmación que aunque parezca sorprendente, refleja en un porcentaje importante de casos la realidad de un problema.



La alimentación del niño puede llegar a ser estresante para los padres, en unos casos por ser padres primerizos miedosos, en otros porque el niño tiene problemas reales, y en otros muchos, porque nos ha tocado el niño caprichoso cabezota...


La cuestión es que existe una estrecha relación entre la deglucion y el habla. Y no me refiero a lenguaje, sino a habla. Porque una cosa es la capacidad del niño para pronunciar los sonidos (habla) y otra la posibilidad de hacer las frases y contar algo (lenguaje), según su nivel de desarrollo.



El niño desde el nacimiento usa los músculos de la zona de la boca y cara para alimentarse, a medida que crece comienza a usar esas mismas estructuras para hablar. De forma, que si no han adquirido suficiente fuerza o habilidad, no es capaz de emitir un mensaje claro que se entienda.


La introducción del sólido para ello es fundamental, nos permite madurar en cuanto a fuerza y coordinación- movilidad de labios, lengua, y otros músculos que intervienen en el habla.



Evidentemente, esta asociación no es matemática. En medicina 2 mas 2 no son 4... Pero la asociación es altamente prevalente. Intervienen muchos factores en el desarrollo del habla, no solo depende del estado muscular de las boca, por ello no siempre hay un habla alterado en niños que abusan de los purés o prolongan en exceso el uso de la succión (biberón o chupete).



Un retraso en el avance de la alimentación y/o el habla debe ser siempre evaluado por un especialista para descartar una patologia que lo favorezca.


Como consejos, os dejo algunas afirmaciones interesantes:


A. Puntos de interés en alimentación:


  • 1. Comienza la introducción de alimentos sólidos (evidentemente no nos referimos a carne... Sino a las papillas) entre los  4-6 meses, pero no tardes mas de los 6.

  • 2. Cuando comenzamos con alimentos que requieren masticación, asegurarse siempre que el niño se encuentre sentado y bien supervisado. 
  • 3. Comenzar a ofrecer las bebidas en vaso a partir de los 6-7 meses. 
  • 4. Comienza a realizar las comidas en familia, todos juntos. Deja que se interese por los alimentos que hay en tu plato. 

B. Puntos de interés para el habla y el lenguaje:


  • 1. Habla mucho: Hablale mucho a tu hijo, usa frases con pocas palabras al principio, dos o tres (por ejemplo: más agua?)
  • 2. Usa sonidos para referirte a animales, cosas, acciones... (Si hablas del coche, brum-brum; si hablas del perro: guau-guau..). 
  • 3. Repite mucho, cuando hablas a tu niño usa con frecuencia las mismas palabras para que las aprenda. 
  • 4. Tararea canciones, lee cuentos, todos las historias que se le ofrece al niño que presentan melodía mejoran la atención del niño y facilitan su aprendizaje. El usar imágenes a la vez que se nombran los dibujos refuerzan la memorización.

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