Los síntomas de un problema de "tragar" pueden ser muy variables, y en el niño pequeño son aun mas difíciles de detectar. A veces se pueden confundir con "caprichos" o "cabezonerias" de chiquitín.
Lo mas importante es estar atentos a aquellos signos que se repiten de forma habitual y similar. Entonces es interesante consultar.
Algunos de los signos que podemos observar cuando el niño tiene un problema para tragar son:
Fallo de crecimiento, con escasa ganancia, perdida o dificultad para mantener el peso.
Atragantamiento, asfixia, vomito y/o tos durante las comidas.
Llenar en exceso la boca con comida o miedo a atragantarse con las comidas.
Vomito, reflujo de alimentos, lloro cuando llega el momento de comer, y/ o rechazo de las comidas.
Dificultades de coordinación entre deglución y respiración.
Rechazo de la lactancia materna/ biberón.
Imposibilidad para pasar a la alimentación con purés
Imposibilidad para pasar a alimentación con sólidos
Imposibilidad para abandonar el biberón y comenzar a beber en vaso
Rechazo de una amplia variedad de sabores, negarse a innovar nuevas texturas de alimentos e incluso rechazo de algún grado de temperatura de estos.
Disminución del apetito progresivo con alteración del crecimiento y/o estado nutricional.
Tolerancia de menos de 20 alimentos con comportamiento alimentario rígido (gran dificultad para variar de comidas).
Las comidas familiares son "una batalla", gran estrés en relación con la alimentación.
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